El Encuentro Internacional ANDES fue una experiencia inolvidable. Además del aprendizaje por las distintas ponencias de todos los colegios participantes y por los debates realizados, aprendí que Latinoamérica está lleno de diferentes culturas, cada una de ellas impresionante, y esta diversidad nos ayuda a conocer a nuestros hermanos latinoamericanos y a aceptar todas las diferentes culturas y formas de pensar.

Argentina, Colombia, Bolivia y Perú fueron los países participantes de la novena edición ANDES. El Instituto Carlos Tejedor fue sede de este gran encuentro escolar, situado en la ciudad de Mar de Plata, Argentina. Luego de largas horas en el aeropuerto, finalmente llegamos a esta hermosa ciudad donde nos esperaban, con una alegría desbordante, nuestras familias argentinas. Cada uno de nuestros compañeros fue acogido por una familia marplatense del ICT. La experiencia de compartir cinco días con una familia que no es tuya es sinceramente divertida. Tienes que adaptarte a sus costumbres: horas de levantarse, de comer, platos diferentes. Ellos tuvieron una cálida acogida con cada uno de nosotros. Establecí una buena relación con mi anfitriona, tanto así que nos seguimos escribiendo. Todos los alumnos del Carlos Tejedor siempre nos recibían con una sonrisa, estaban preocupados por lo que necesitábamos, y compartían distintas costumbres e historia, por ejemplo, nos explicaron un poco acerca de la Guerra de las Malvinas.

Después de semanas de presentación, nos tocó exponer frente a todas las delegaciones. Yo no estaba muy nerviosa ya que nos habíamos preparado muy bien con la ayuda del profesor Juan Jiménez. El tema en general era “El rol de la familia en la vida escolar”, pero nosotros nos enfocamos en “El cambio de la mujer en la familia y su influencia en la educación”. Nos salió muy bien, recibiendo felicitaciones por el controversial tema que habíamos elegido. Durante los otros días, escuchamos atentamente a las diferentes instituciones, y concluimos que la familia tiene un protagonismo fundamental en el crecimiento escolar, y que ambos, la familia y el colegio, deben contribuir en el desarrollo del joven para así lograr una educación de calidad.

Durante los debates, fuimos participes de las diferentes opiniones que se pueden tener acerca de un tema puntual, como por ejemplo si la tecnología debería ser la principal fuente de estudios. Los debates nos ayudaron a dar nuestra opinión y a aprender a respetar y escuchar la opinión del otro, ya que cada persona piensa diferente y está en todo su derecho de hacerlo. También nos separaron en comisiones, donde hacíamos una conclusión del tema hablado por día, hacíamos representaciones de las diferentes familias que existen, desarrollábamos dinámicas para entablar una relación más fuerte, llegando a lograr que la despedida fuera muy triste.

El intercambio cultural vivido fue algo que no se encuentra fácilmente. Conocer a nuevas personas es algo enriquecedor, pero conocer personas de distintas culturas, es algo excepcional. Compartíamos las distintas formas de decir una palabra, que en los cuatro países se decía de manera diferente. Todos estábamos fascinados al ver que  la manera en la que nos expresábamos era tan diferente. El penúltimo día tuvimos una muestra gastronómica, en la que cada colegio tenía un stand donde promocionaba y daba a degustar su diversa comida. Esta experiencia me gustó mucho, me encantó explicar de dónde salían los chifles, algo tan común en nuestra comunidad pero que en Argentina no se conocía en absoluto. Explicar cómo se hacen los suspiros a la limeña, y además, ver la reacción de los argentinos al probar la huancaína. Ellos nos decían que picaba mucho, y para nosotros, no pica en absoluto. El último día, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar de Plata, tras las palabras del Director General del ICT, Martín Lezzi, los participantes del encuentro realizaron números artísticos muy entretenidos y coloridos. Nosotros, con la ayuda de la profesora Kollen Herrera, presentamos un número de festejo, donde bailamos muy felices, ya que nos encantó la idea de compartir esta danza característica del Perú. Fuimos participes de un intercambio artístico espléndido, conociendo cada día un poco más de nuestros países vecinos.

Quisiera seguir explicando esta hermosa experiencia, pero si les cuento cada detalle y la forma que nos hizo sentir, no acabaría nunca. Quiero agradecer al colegio que nos brindó esta maravillosa oportunidad, a mis compañeros que compartieron esto conmigo, Ana Paula Suarez de Freitas, Andrea Llaque, Cristobal Indacochea, Alonso López, y José Raffo, y a los profesores que nos ayudaron para tener una participación formidable, Juan Manuel Jiménez y Kollen Herrera.

Escrito por Lucía Guerrero Suarez de Freitas (5°B)

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