Por: Diego Encinas Yagui

Finalmente llegaba el día que tal vez muchos esperaban. Llegaba el día en el que un libro se convertiría en una obra llena de nostalgia e inspiración. Llegaba el día para el cual nos habíamos preparado no solo en escena, sino también en todo el aspecto técnico, de iluminación y vestuario de los personajes.

Un elenco, un deseo y un proyecto. Un proyecto, que poco a poco  se fue formando  escribiendo una historia; una historia ,que poco a poco fue formando lazos de vida; lazos de vida, de los cuales podemos decir orgullosos que alcanzamos nuestra meta; nuestra meta, de tener la oportunidad de representar la obra cumbre del dramaturgo más importante de la literatura universal.

Como está dicho en la obra, “Sabemos lo que somos; pero no lo que podemos llegar a ser” y bajo esa mentalidad poco a poco fuimos dando forma y fortaleciendo muchas de las habilidades de actuación escondidas en personas que nos rodean día tras día. Fuimos conscientes de lo que cada uno es y puede llegar a ser en un futuro. Con arduo trabajo e involucrando valores carmelitas como la perseverancia y empatía, pudimos lograr nuestro propósito compartido: presentar la obra a todo el nivel secundario de la institución.

Múltiples ensayos, consejos inolvidables y enseñanzas aprendidas. Todo lo mencionado son tan solo algunas de las vivencias que nunca olvidaremos del proceso al construir esta obra y que estamos seguros de que nos servirán ante cualquier circunstancia que enfrentemos en nuestra vida. Asimismo, al enfocarnos en una obra que abarca múltiples temas como la lealtad o la amistad desinteresada en un contexto medieval, nos permitió ver desde otro panorama la situación de nuestra sociedad y cómo muchas de las problemáticas del pasado pueden aún estar presentes en nuestro alrededor.

Desde cualquier perspectiva, pudimos verificar que se creció no solo en el ámbito académico, sino también en lo integral reforzando siempre el trabajo en equipo. Estamos sumamente agradecidos con todas las personas que dieron una mano en esta iniciativa, con todo aquel que aportó con un granito de arena en esta aspiración que no fue tarea fácil. Agradecemos inmensamente al profesor Alan Alvarado por su tiempo y dedicación en dar pie a esta puesta en escena y confiar en todos nosotros. Agradecemos a toda el área de logística y mantenimiento del colegio ya que, sin ellos, la obra no hubiera sido la misma.

Estamos seguros de que el legado de William Shakespeare nunca morirá, y con esta obra nos enfocamos en demostrarlo mediante una representación recordando los temas universales que nunca dejó de lado y que podemos encontrarlos en fases de la vida cotidiana, las cuales en un futuro cercano tendremos que enfrentar.

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